martes, 5 de abril de 2011

En el siglo pasado

Cuando yo estudiaba literatura, de Lope, que era muy prolífico, se decía "en horas veinticuatro, pasaba de la musas al teatro". Yo, en otro ámbito, en horas 24 paso de la pintura al campo. Uno de mis tres pozos, llenito de agua.



Y compruebo el florecer de mis cerezos. Muy preocupada, por cierto.


Y siego algo de hierba con la desbrozadora, porque ahí no puedo meter a los caballos, que hay muchos árboles en flor.



Ese frente caliente es de ayer. El "ARDE PARADELA", lo puse hace ya mucho. Las gotas que caen de la A y la D, son mis ojos, con lágrimas amargas.



El calor aprieta y el Cuco agradece las duchas. Puedo estar diez minutos echándole agua, él sigue comiendo. Si paro, me mira...

Volved, por favor , a mirar el cerezo: este invierno le colgué esos ladrillos con dos objetivos, el primero es que el peso hace que la savia baje hasta la punta de la rama y el fruto se multiplica; el segundo es que así me es más fácil coger las cerezas desde el suelo. Funcionó, ya lo veis, está cuajadito de flor.

Pero , sí que estoy preocupada: esta noche, antes de dormir, me acosté en la cama de al lado, para mirar a las mariquitas y la de arriba me dijo:

"-Ten cuidado" - y yo, que soy gallega le dije

"-¿Y luego?" (los gallegos decimos eso para preguntar por qué o cual es el motivo, no para saber qué pasa después).

"-La cereza me pidió prestadas las patas"- me dijo la mariquita-

"-¿Y luego?"- pregunté yo

"-Me dijo que ella empatiza con las cerezas normales, que están aburridas de estar pegadas a un árbol desde que nacen y si quitándose los lunares una mariquita se convierte en cereza, poniéndose los lunares las cerezas se convierten en mariquitas y podrán irse volando y ver mundo y que si le presto las patas irá hasta el árbol, a contárselo a todas"


Yo no sé si la mariquita le prestará las patas a la cereza, o los lunares, para que vaya volando, pero me parece que al final, este año, como no me llene una cesta de ellas Dilaida, no voy a poder comer cerezas...