sábado, 12 de diciembre de 2009

A don Antonio Machado, por tantas horas hermosas

Por un lado está la dificultad de intentar que los poemas no se repitan.
Por otro lado la facilidad que da saber que cualquier poema que se elija, será hermoso.

Arrimaré el ascua a mi sardina. Vosotros sois poetas y sabios, yo, pobre de mi, solamente carbonera:



Poned sobre los campos

un carbonero, un sabio y un poeta.

Vereis como el poeta admira y calla

el sabio mira y piensa...

Seguramente, el carbonero busca

las moras o las setas.

Llevadlos al teatro

y solo el carbonero no bosteza.

Quien prefiere lo vivo a lo pintado

es el hombre que piensa, canta o sueña.

El carbonero tiene

llena de fantasías la cabeza.