lunes, 14 de septiembre de 2009

Vosotros los que fuerdes

San Juan de la Cruz en su cántico entre el alma y Dios ( el esposo) hacía decir al alma" vosotros los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes a aquel que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero" y creo que la respuesta es aplicable a esta tierra.
"mil gracias derramando pasó por estos bosques con presura..."
Las mil gracias que esta tierra me da cada día: uvas, tomates, higos, manzanas, patatas...
Y la salud de mis animalitos y la mía.

Es curioso cómo con la edad, de pronto se me "colocan" en la cabeza muchos de los poemas que aprendí de niña, saltando charcos, cruzando el río por las piedras, en el Toral, con las crecidas del río Limia en el invierno. Y me llegan desde "Las carretas" de Juan Ramón, al "Oriental" de Zorrilla (un Oriental mutilado porque suprimieron los versos amorosos "y perfumes para el cuello, para los labios, amor"y, mientras suprimían esa sutileza nosotros buscábamos "La desesperación" de Espronceda con aquello de "me gustan las queridas, tendidas en los lechos, sin chales en los pechos y flojo el cinturón", que, evidentemente, no venía en el libro de "Anaya" hecho por Lázaro Carreter y Evaristo Correa), pasando por "Un castellano leal" de Don Angel Saavedra, Duque de Rivas, que cantaban en cuatro actos la dignidad del Conde de Benavente que, obligado por el rey Felipe II a dar alojamiento en su palacio al Duque de Borbón, traidor a su propio rey francés para beneficiar al rey de España; tan pronto como el francés abandonó el palacio, le prendió fuego para no tener que respirar su mismo aire.
Eran los tiempos en los que ser español era un orgullo:
"no profane mi palacio un fementido traidor que contra su rey combate y que a su patria vendió.
Que si el es de reyes primo, primo de reyes soy yo; y Conde de Benavente si él es Duque de Borbón.
Llevándole de ventaja que nunca jamás manchó la traición mi noble sangre Y HABER NACIDO ESPAÑOL"
A mi, ahora, a veces, me da vergüenza ser española; otras veces me da vergüenza ser gallega.
Solamente me consuela pensar que también me daría vergüenza ser italiana...