jueves, 17 de septiembre de 2009

Para Carmen de Ciberculturalia

Me dices, en tu comentario, "pedimos la igualdad de oportunidades, seguro que tu a tus tomates, los abonas y riegas por igual".
Yo tengo que decirte que no, que algunos necesitan más riego que otros y también absorben de la tierra más o menos nutrientes (lo noto cuando arranco las plantas al final, por cómo queda la tierra).
Pero me gustaría que tu me resolvieras el problema, porque no conseguimos ponernos nunca de acuerdo: ¿En una clase de 25 alumnos, a los que he explicado lo mismo, tengo que seguir el ritmo de los más listos; de los más torpes; de la mayoría? ¿Individualizo? ¿Avanzo con los más inteligentes y dejo atrás a los que no alcanzan? ¿Me paro con los que entienden peor y dejo de atender a los que tienen el don de la inteligencia? ¿Creo grupos de clase en los que todos los torpes estén juntos y lo estén también los más listos? Si hago grupos homogéneos sé que los listos irán rapidísimos y los torpes se quedarán cada vez más atrás. Si hago grupos heterogéneos los torpes irán rápido, empujados por los inteligentes, pero ¿quién estimula a éstos? ¿Recuerdas la parábola de los talentos?
Y, ahora que sale el tema, ¿Crees que se debe juzgar igual a ese señor que se quedó con el dinero de todos y ahora en vez de sentirse culpable se siente drogadicto, que a los niños que esnifan cola para olvidar su miseria? ¿Es lo mismo una adicción como la coca cola, el cafe, el tabaco, el alcohol, la marihuana, el costo y el LSD, la heroína, la cocaína?
¿Es igual de ladrón el que roba un pan que el que roba un traje ¿deben ser castigados igual?...
Yo no encuentro repuesta ¿Tu la tienes?
Sigo pensando que la igualdad no existe en la realidad.
La naturaleza me lo dice cada día: Cuando por la mañana voy a llevar a los caballos el desayuno, para estabularlos, a ambos les digo "Hala, a casa"; el Cuco, normalmente se va derechito, tras un saludo; el Chispa me acompaña todo el camino, rezongando reproches, soplándome quejas por la nariz...antes de irme, a los dos les rasco entre las orejas , entre los ollares y bajo el labio de abajo.
Nunca sabré si sienten lo mismo.