jueves, 20 de agosto de 2009

Campo





































No tendría perdón de Dios si me quejara.
Mi botella de náufraga ha tenido tantas respuestas que me he sentido no solo arropada sino incluso abrigada...alcancé los 40 grados de temperatura cordial.
También, supongo, influyó que por aquí el termómetro se lanzó al espacio...
Pero, ahí lo teneis. Si vosotros habeis sido pródigos, mis árboles y mis plantas también han hablado...Incluso alguno rompió sus ramas por exceso de fruto.
De ellos y de vosotros solamente puedo decir, como la biblia:
"por sus frutos los conocereis".
Gracias.