lunes, 25 de agosto de 2008

Aclarando entuertos y pasando al surrealismo

Gracias a Dios que no pertenezco a la enseñanza...Si así fuera, debería cambiar de profesión por lo mal que me explico. Inicié lo del pinchiño hablando de la pobre señora Aído para explicar el malentendido de Segundo, pero no supe hacerlo, ya que la cabeza más lúcida de la saga y parte del extranjero, no me comprendió. Me explico ahora:
La más grande dijo: Pobro inocento, que todavía no sabe las diferencias entre niño y niña.
Segundo dijo: Pobra infeliza, que viene deteriorada, sin pinchiño y sin pilas del traje de luces. Me aclaro: Hace ya muchos años, cuando todavía El Primo Genito no se revolvía como gato panza arriba, había una serie en televisión española, la mejor televisión de España en aquellos idus, que se llamaba Kunfu. (También había unas películas de un señor a quien le decían Bruce, lee ; pero él, en vez de leer, daba patadas, unas bonitas patadas, todo hay que decirlo, pero que serían más bonitas si fueran leídas, porque cuando uno lee, se imagina las patadas que quiere y si las ve, solamente ve lo que le enseñan y no puede imaginar nada; porque las palabras, ya lo dijo Galeano, son andantes y, después de que salen de las plumas, los bolígrafos y las cabezas de quienes las piensan y se dejan ver, se van por donde le da la gana a quienes las encuentran y unas se hacen unos pendones de la misericordia y otras se hacen monjitas de clausura y otras, las menos, se hacen lo que la gente llama "gente normal". Bueno, pues como Bruce no leía, la gente dió en llamarle Bruslí...Si hubieran seguido intentándolo, a lo mejor, acababa leyendo, porque hay uno a quién siempre le llamaron "Abusa ya" y el, acabó abusando y se hizo terrorista, yo creo que por culpa de su nombre y la insistencia de la gente);bueno, pues el tal Kun fu (que junto con el bruslí antes mencionado pusieron de moda en España las artes marciales) fué enseñado en un monasterio lama por un maestro ciego que le llamaba "pequeño saltamontes" (en portugués gafañoto, que como solo había la mejor televisión de España, algunos, para variar veíamos a televisión portuguesa) y todo lo que Kunfú preguntaba, lo respondía el maestro con sabiduría, lo que dió origen, (en este país nuestro en el que solamente se puede reir o llorar y optamos por reir) a multitud de chistes, entre ellos uno que era." Maestro ¿los toreros son más hombres que los demás ?. No, pequeño saltamostes, eso son las pilas del traje de luces".
Y entonces, el primo Genito, seguidor de Budialen, va y me habla de un señor que dicen que inventó el psicoanálisis, lleno de orgullo y pasión por su pinchiño, hasta que se dió cuenta de que no podía parir, porque no todas las ventajas iban a estar de un lado, pero no supo asimilarlo y, hundido su ego y con la autoestima hecha unos zorros, dejó el psicoanálisis y montó la cadena de supermercados que todos concemos con el nombre de froid.
Pero yo no quería hablar de eso. Hoy quería hablar del lugar de veraneo, donde antes invernábamos:
Era un día religiosamente importante, el día (no sé cual es), en que los curas reunían a su alrededor a todo el pueblo para bendecirlo. En las primeras filas de la iglesia, Enriquito, el hijo del carnicero que tenía el despacho al lado de la farmacia de doña Teresa, en la calle Progreso.
La iglesia del pueblo no es demasiado grande, pero sí lo suficiente como para que el cura, que quería hacer llegar el agua bendita hasta el final de la iglesia, tomara un buen impulso en su brazo...Cuando lanzó el agua bendita, el hisopo, mal cerrado, se soltó y fue a impactar en la frente de Enriquito...La iglesia en silencio sepulcral. Enriquito, consciente de estar en lugar sagrado, dijo ¡Ostia!.